Café en Cápsulas

Café en Cápsulas: Lo Que No Te Cuentan Pero Deberías Saber

¿Te gusta el café en cápsulas? Pues sigue leyendo, porque esto te va a interesar.

El café en cápsulas: caro, contaminante y… ¿cancerígeno?

Vamos al grano, nunca mejor dicho. Esa cápsula de aluminio que usas cada mañana parece inofensiva, ¿verdad? Pues no lo es.

Por cada tonelada de aluminio que se produce para fabricar esas cápsulas, se generan cuatro toneladas de residuos tóxicos. Arsénico, plomo, mercurio… ¿Te suena bien? Claro que no. Y ahí no acaba la cosa: una cápsula puede tardar hasta 500 años en descomponerse. Sí, 500 años. Es decir, tus cápsulas seguirán aquí cuando ya ni te acuerdes de tu cafetera.

¿Y el precio? Una cápsula con 5 gramos de café cuesta unos 0,40 euros. Si haces las cuentas, eso es como pagar 80 euros por kilo. Más caro que el caviar.

Pero espera, que hay más…

El café que llevan las cápsulas no es el mejor, ni mucho menos. Para abaratar costes, el tostado se hace a temperaturas altísimas y en un tiempo récord. Resultado: un café que sabe «bien» gracias a unos aditivos secretos que no te van a contar en el anuncio.

Ah, y hablando de secretos: algunas cápsulas contienen grasas animales para hacer la crema más bonita. ¿Te lo imaginabas? Seguro que no.

Y ahora viene lo gordo: el furano. ¿Qué es eso? Una sustancia cancerígena que puede estar presente en el café en cápsulas debido a los procesos industriales. Sí, has leído bien. C-A-N-C-E-R-Í-G-E-N-A.

¿Entonces, qué hacemos?

Fácil: vuelve a lo tradicional. Una cafetera moka, una prensa francesa, una Aeropress o incluso una buena máquina espresso. Con eso, no solo cuidas tu salud, sino también el planeta.

Y los posos de café, en lugar de tirarlos, los usas como abono para tus plantas. Todo ventajas.

Porque, al final, el café no es solo una bebida. Es un ritual, un momento para disfrutar. No para llenar el mundo de basura y tu cuerpo de cosas que no necesitas.